sábado, 28 de diciembre de 2013

Terrible es la linea que divide,
terrible es quien está sobre ella.
Sentarse sobre la arena, mirando más allá de la vista y no sentir el cuerpo ni la mente.
Sentir, en cambio, un vacío que sabés con qué llenar, pero no tenés los recursos.
No tener la clave ni la seguridad.
Sentir que tenés nada.
Y es verdad, solo te tenés a vos.

Y vagas por años luz dentro de tu mente,
y sabés que estas lejos,
que no podés hacer nada.

No lo soportas,
y esta vez es en serio. No podés soportarlo.
Todo ese peso, esa angustia, 
esa cosa sin sentido que le da sentido a tu realidad.

Pero ahora que lo miras de lejos,
que yo lo miro de lejos,
te das cuenta que son nimiedades,
detalles minúsculos que quieren competir con los grandes tesoros,
con las grandes vigas.
No sostienen nada, solo escaleras imaginarias.